Imagine una bomba de engranajes que no solo mueve los fluidos, sino que lo hace con la precisión, la seguridad y la operación silenciosa requerida para el diagnóstico médico, la diálisis y el trabajo de laboratorio. Eso es exactamente lo que ofrece la serie GPM de J-Tron: una solución especializada diseñada desde cero para prosperar en estos entornos exigentes.
¿Qué hace que la serie GPM se destaque? Para empezar, resiste la corrosión, asegurando la longevidad incluso cuando se expone a los diversos fluidos encontrados en entornos médicos y de laboratorio. Ofrece fluidos con dispensación precisa, eliminando las inexactitudes que podrían invalidar los resultados de las pruebas o comprometer la atención al paciente. Su flujo permanece estable y libre de pulsos, una necesidad para proteger muestras biológicas delicadas o mantener tasas de tratamiento consistentes en la diálisis. Además, opera en silencio y ha aprobado pruebas de biocompatibilidad, cumpliendo con los estándares estrictos de seguridad en las solicitudes médicas.
Las especificaciones técnicas resaltan aún más sus capacidades: la bomba puede manejar una fuga máxima de entrada apretada de -1.0BAR y un diferencial de presión máxima de 10 bares, lo que la hace adaptable a diversos requisitos del sistema. Es importante destacar que logra estas hazañas mientras evita efectivamente la cavitación, un problema común que puede causar inestabilidad del flujo. Este control de cavitación, combinado con su diseño sin pulso, garantiza la entrega confiable de fluidos. Y con niveles de ruido tan bajos como 33 decibelios, la serie GPM se ajusta a la perfección en entornos tranquilos donde la comodidad y concentración del paciente son prioridades.